Tras asistir a la Jornada Mundial de la Juventud que tuvo lugar en Lisboa, Portugal, del 1 al 6 de agosto, nuestro pastor diocesano comentó que fue un verdadero privilegio haber sido parte de esta fiesta. (Marco Matus H.)
“He vuelto a la diócesis muy contento, no es la primera vez que me toca participar en estos encuentros, me había tocado antes con una carga de responsabilidad muy compleja que no me daba la libertad como ahora sí lo pude hacer”.
“El encuentro de los jóvenes con el Papa tiene algo muy fuerte por la persona del Papa y, por otra parte, la vitalidad de los jóvenes es algo relevante” -enfatiza el obispo Fernández-, “encontrarse con una ciudad repleta de jóvenes de todos los países, en un ánimo festivo pese a las dificultades idiomáticas, había una simpatía que corría en el ambiente y eso lo hacía muy hermoso”
Otro aspecto que valoró nuestro obispo fue el mensaje del Papa Francisco: “Sus palabras fueron breves, sencillas, no hubo grandes discursos. Dirigió un mensaje a los jóvenes en el que sostuvo que todos tienen espacio, que la Iglesia tiene que ser lugar de puertas abiertas donde nadie pueda sentirse no considerado. El Papa también pidió a los jóvenes que nunca se dejen quedar, para eso usó la imagen del andinista, el verdadero andinista no es el que nunca se cae sino el que siempre sabe ponerse de pie y jugarse por sus sueños”.
El padre Galo informó que fue a esta JMJ en su calidad de Presidente de la Comisión Nacional de Pastoral Juvenil, por lo que le tocó presidir la eucaristía de los peregrinos chilenos el martes 1 de agosto, con cerca de los 800 compatriotas en la iglesia Nuestra Señora de los Navegantes.
La delegación nacional fue de casi 2 mil chilenos, quienes hacían relucir por todos los rincones las banderas tricolores, el ánimo patriota era muy grande. De nuestra Diócesis de Talca la delegación estaba compuesta por integrantes de la Pastoral Universitaria, jóvenes de la parroquia de San Rafael y algunas religiosas.